Las noticias me sacuden y yo intento como El Roña Castro tener algo de fuerza para dar una piña mas.
Podcast (noesnada): Reproducir en una nueva ventana
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Cookie | Duración | Descripción |
---|---|---|
cookielawinfo-checkbox-analytics | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics". |
cookielawinfo-checkbox-functional | 11 months | The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional". |
cookielawinfo-checkbox-necessary | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary". |
cookielawinfo-checkbox-others | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other. |
cookielawinfo-checkbox-performance | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance". |
viewed_cookie_policy | 11 months | The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data. |
361. Pedro y Pablo
La respuesta es sí. Sí. La respuesta es sí. Lo tuve que contestar varias veces, desgraciadamente, en los últimos días, a los que se animaban a llamar. Porque lógicamente había muchos: hoy sin ir más lejos hablé con un amigo y me dijo “me imaginé, pero no te quise llamar”, y la verdad es que hizo bien.
Caí en el crypto crash[1]. Para los que no están en tema hubo una bajada fuerte de cryptomonedas, lo cual sería parte de lo que suele pasar en las cryptomonedas de no ser porque esta vez hubo una moneda que se fue a cero. ¿Qué significa esto? Las crypto fluctúan de precio (después podríamos hablar horas y horas del por qué). Se supone que más allá de la oferta y la demanda, esa “oferta y la demanda” se ve afectada por los proyectos, lo que se llaman “los fundamentales”. Es decir, vos decís “yo creo que esto va a servir para tal cosa y entonces lo va a usar más gente y entonces van a ganar más dinero y entonces…” y eso es como si fuera una acción. Así como ahora en época de guerra quien había comprado trigo ganó un montón en la bolsa porque el trigo multiplicó no sé por cuánto su valor (más de cinco, seis). Esto es lo mismo: hay una estacionalidad, pasan ciertas cosas y a eso sumale una gran cuota de especulación, punto. Bueno, las monedas pueden bajar: por ejemplo, Solana, el año pasado (noviembre), estaba 250, hoy está 50. Son cosas que pueden pasar. Bitcoin estaba… llegó a 62, hoy está a 29. Son cosas que pueden pasar. Hasta ahí es grave, pero no es lo más grave del mundo.
El problema de cuando una moneda se va a cero es que no recupera más. Porque imaginate que el que compró cuando estaba a 0,001 tiene millones de esas monedas. ¿Qué chance hay, estadística, que esa tonelada de monedas que costaron céntimos vuelvan a como costaron algún día USD 100 cada una? Te voy a dar un ejemplo puntual: yo vi que bajó LUNA[2] de unos 90, 80 y pico a 60 y dije “es una oportunidad”. E hice lo que digo siempre que no hay que hacer: y es no diversificar. Pasé el 75% de lo que tenía en crypto a LUNA. No conforme con eso, al otro día ya de 60 había bajado como a 40 o a 35 y dije “no me joden” voy a promediar[3]. Esa es una técnica que se usa cuando vos comprás y baja: volvés a comprar más abajo de modo tal de que cuando distribuís la cantidad de dinero que invertiste por la cantidad de monedas que tenés, tu precio promedio de compra baja. Matemática pura, regla de tres simple.
Y entonces ahí volví a romper la regla de no diversificar. Y puse todo lo que tenía en crypto en una sola moneda. 60, 35, 30, 25, 20, empezaron las bromas en el grupo: “miren que si no sube a 25 nos vamos a 12”, “puede ir a probar 12”. Se habla mucho de “ir a probar”, de la resistencia, del piso. “Vamos a probar en 12”, “vamos a probar en 12”. Llegó a 12. Dije: “Bueno, tenían razón los que decían que íbamos a probar a 12. Ya volveremos”. Yo había visto en el pasado LUNA a 18 bajar a 5 y después llegar a 100 en periodo de meses, ¿no? Entonces bueno 12 será 12 ¿Qué le va a hacer? No tengo apuro. A todo esto las crypto representan (o representaban, debo decir) el 80% de mis ahorros. Y ahí rompí otra regla: de “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Porque siempre digo que “no podés poner en crypto más dinero de aquel que no te molestaría perder”. Mentí. Y me mentí a mí, eso es lo peor. Lo peor de todo esto no es sentir la culpa para con nadie. Lo peor de todo esto es saber que no hiciste lo que vos, no solamente decías que hay que hacer, sino que pensabas que hay que hacer. Yo tengo total certeza de que no hay que arriesgar en una inversión más dinero del que uno podría perder sin que eso complique tus cosas. Bueno, no lo hice. Y se fue a 0. Y se fue a 0. La moneda que yo compré un día a 60 tres días después valía 0,00001.
Entre medio hubo más cosas que no voy a contar para no aburrir, pero una pequeña timba esos días de duplicar esas monedas. Y yo dije “bueno, por lo menos estoy capitalizándome en LUNAs. ¿Qué me importa si ahora valen 5? El día de mañana van a valer más y ahora tengo el doble de LUNAs de las que tenía” y de a poco toda esa auto mentira se va erosionando y así como si fuera un mueble viejo en un momento llegás a la madera derecha que es la verdad. Y entonces dije “me tengo que hacer cargo de lo que pasó: acabo de perder todos mis ahorros de crypto”. Creo que me queda, ponele, un… (a mí nunca me gusta hablar de cifras redondas, entonces vamos a hablar de porcentajes) me debe quedar un 4% lo que tenía en crypto, porque de casualidad había metido un staking[4] en Ethereum y en Bitcoin, porque sí. O sea, que eso que era una cosa residual, que era la nada misma, hoy es todo mi capital.
Y me empecé a sentir mal, y lo curioso fue que ese sentirme mal duró poco. Y me empecé a preguntar cómo podía ser que no estaba devastado, porque aquellos que escuchen este podcast sabrán que hace un año y pico con DOGE[5] una vez me pasó algo similar. Después se recuperó, lo recuperé, fui cambiando, tradeando. O sea, esa vez de casi quedarla y no quedarla, te hace sentir mucho más soberbio. “Bueno bajó, ya subirá”. Las pelotas ya subirá. Y lo más curioso es que al toque dije “bueno, está bien. Ya está, listo”. Al día siguiente veo un amigo y me dice “¿cómo te lo tomaste?”. Le digo “mirá, ya está. ¿Qué le va a hacer? Se lo doy por perdido. Empezaré de nuevo una vez más”. Y le empecé a contar, es mi amigo Fañol, de cuando a mí me había agarrado el corralito en Argentina[6] y de repente pasé a tener cero ahorros de nuevo. De las devaluaciones que me comí en mi vida, de un día tener dinero que te alcanzaba para comprar un auto y al otro día no te alcanzaba ni para una bicicleta. Y me recuperé. Y entonces creo que por un minuto fue liberador. Ya sé: sueno re hippie. “Ay, ¡qué liberador no tener guita, re liberador!”. No sé, siento que perder el 100% es mejor que perder el 80. Como que “bueno, ya no tengo esperanza de eso”. No tengo esperanza, ya no lo miro más, ya está. Y entonces, ¿cómo sigue? Bueno, entonces, todo esto pasó a la vez que un queridísimo amigo mío, de mi edad, mucho más saludable que yo, mucho más deportista que yo, tuvo un quilombo de salud inesperado que nos volvió a todos a la realidad. Que nos mostró a todos la fragilidad en primerísimo primer plano. Que nos mostró todos la incertidumbre. Y empezamos a relativizar, pero no todo, todísimo. Por suerte, me alegra mucho decir esto, es posible que hoy hasta esté escuchando esto. Porque se recuperó: por supuesto es una recuperación que va a llevar tiempo para estar como él quisiera estar (porque es muy coqueto además) y no voy a entrar en más detalles porque no corresponde, pero hubo esos días (casi te diría al día siguiente del crash) en que mi preocupación única y principal no era eso sino era qué pasaba con mi amigo. A la vez (y no el club[7], que eso va en el próximo episodio) un amigo de Argentina con el que trabajé junto solo una vez, y veníamos charlando mucho después porque laburamos muy bien juntos y porque nos entendimos muy bien, me tira un laburo: “Tomá, necesitamos hacer esto. ¿Lo podés solucionar vos con con tu gente?” Sí. Y lo hicimos. Era un trabajo que en otro momento yo no hubiera agarrado. Un trabajo chiquito. “Sí, lo hacemos”. Un trabajo para el cual tuve que estar online a la madrugada. “Sí, lo hacemos”. Y me dijo “mirá, estamos arreglando una cagada que hizo otro, pero esta gente quedó contenta, y me dijeron que quieren seguir trabajando todo el año con nosotros” y al otro día me llamó y me dijo “te voy a meter en una reunión con no sé quién” y tres horas después apareció otro y de repente dije “¡pará, boludo!, ¿cómo es que pasa todo a la vez?”. ¿O es que pasa todo a la vez y uno ve una cosa sola? ¿O es que si no hubiera tenido el crash ese bestial no le hubiera dado la importancia que de verdad tiene acompañar una noticia dura, inesperada, de un amigo y valorar que otro te sume a proyectos?
Decía un poco en broma, digo, ¿mirá si es el crash el que afinó y puso en cero mi salud mental? Sería una linda historia: “¿cómo solucionaste vos todos los temas de salud mental?” No, con el crash, perdí todos mis ahorros. Se fundan religiones con cosas más sencillas y menos épicas que esas. Y entonces, después de estos trabajos, también entre medio me fui a volar el dron, a un festival en Tordesillas[8], con mi amigo Ismael que a esa fiesta nunca falta. Y también en ese evento estaba yo con la cámara haciendo video y se acerca una persona y me dice “¿tú eres el fotógrafo?”. Y por un minuto tuve ese recorrido de imágenes, una atrás de la otra. Pasando por todo lo que hice en mi vida: desde asistente de producción, a mago de cumpleaños infantiles, a presentador de un programa de televisión, a invitado o a que te paguen por ir a un boliche. A creerme el más banana de todos por los trades diarios que hacía y decía “pero no hay ningún trabajo que me pueda pagar en una hora lo que yo hago haciendo trading”, en cómo la había quedado y había perdido todo mi ahorro de crypto y el 80% de mi ahorro total en tres días y a mi amigo. Y con todas esas fotos en mi cabeza pasando rapidísimo le dije “sí, el fotógrafo soy yo”.
Al volver de ese viaje, se me ocurrió agarrar una pizarra que es (también quienes escuchan este podcast saben de qué les estoy hablando) la pizarra que no usé en Tenerife, en el show de magia al que finalmente resultamos ser colados. Y dibujé ahí 80 cuadraditos. No me parecía que correspondiera poner números, entonces dije “voy a hacer un código que solo entienda yo”. Y cada vez que me entre un mango extra (es decir, no en el proyecto que trabajo que me está manteniendo, sino cada cosa extra, llámese esto, un streaming a la madrugada, llámense ir a volar el dron, llámese, etcétera, etcétera, cosas inesperadas que caen) lo voy anotando ahí de modo tal de entender que voy a recuperar esa guita trabajando. Ya está: la lección la tengo. Igual por supuesto, al otro día en que LUNA subía y duplicaba y se iba 100% arriba y 200% abajo, yo decía “pará, ¿y si pongo acá mil y no sé qué, y entonces y recupero?”. Bueno: no.
Así que si entrás en mi oficina además de que vas a ver que no hay un mango, vas a ver una pizarra con unos cuadraditos de un color y todo el resto de otro. La pregunta del millón es si en efecto, en algún momento y puntualmente si en algún momento pronto, llego a completar toda esa pizarra significará que: a) no tenía ahorrado nada; b) que tenga una capacidad de resiliencia y de recuperación que una vez más me sorprende o me sorprenderá (debo decir) y que espero que no me empuje otra vez en la pileta de la soberbia.
Mientras tanto, solo me queda mandarle el abrazo enorme a mi amigo que hoy me escribió y el otro día hablamos. ¿Sabes qué es escuchar la voz de un amigo después de unos días de tanta incertidumbre? Y a mi otro amigo que confía en mí. Que estamos en unos planes que son galácticos.
Entre medio, agradecerles a ustedes, a los que no les voy a manguear que llenen un cuadradito de esa pizarra, por lo menos durante esta semana. Me queda escucharlos en el Cappuccino[9] y decirles: No Es nada.
[1] https://es.investing.com/news/cryptocurrency-news/crash-del-ceo-de-binance-en-terraluna-de-1600-millones-a-2200-dolares-2251475
[2] https://coinmarketcap.com/es/currencies/terra-luna/
[3] https://economipedia.com/definiciones/promediar-a-la-baja.html
[4] https://academy.bit2me.com/que-es-staking/
[5] https://coinmarketcap.com/es/currencies/dogecoin/
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Corralito
[7] https://www.deportivoalaves.com/
[8] https://es.wikipedia.org/wiki/Tordesillas
[9] https://cappuccino.fm/