348. Snuff is enough

Llueve. “Andá llamando a EDES[1]” diría Zamba[2], una referencia que solo entienden los de Bahía Blanca. Me gusta: creo que si yo escribiera canciones haría eso. No puedo salir a la calle a grabar. Para mí la lluvia es como una kriptonita. De hecho, este fin de semana tenemos un rodaje en Andalucía y ya aclaré que si llueve no grabamos. Me dijeron “no, pero puede quedar bueno…”. Sí, puede quedar bueno pero si llueve no grabamos. Lo que vos pensás de la lluvia tiene que ver con qué tan seguido llueve. A mí nunca me gustó la lluvia pero, claro, en esta ciudad que estoy ahora llueve una vez por mes; por lo tanto el día que llueve es una tragedia total. Es un hecho extraordinario y, por supuesto, te mojás porque nunca nadie sale con paragüas.
Pero quiero hablar hoy de otra cosa, de algún tema que me obsesionó de adolescente a la luz de esa cosa tan bonita que ya se extinguió, que se llamaban los videoclubs[3]. Los videoclubs, para los jóven borregos que escuchan este programa (diría el maestro Dolina[4]) era un lugar donde vos ibas a buscar películas para ver en tu casa en video cassettes. Estamos hablando… una resolución abajo de 480p, por supuesto no era “p”[5] porque era entrelazado, era “i”[6], sería 360i, ponele. O sea, una calidad espantosa. Aún así nos parecía un milagro poder ver las películas que no habías llegado a ver en el cine, alquilarlas y te las quedabas todo el fin de semana y las podías ver todas las veces que quisieras. Nadie las veía más una vez, pero si pasaba que alquilabas una película y en mi casa, que éramos cuatro, la veía: primero yo, después mis viejos, después mi hermana (todos por separado). La clásica era: una para los grandes, una para los chicos y una para ver todos. Siempre se alquilaba de a tres. Cuestión que cuando empieza a avanzar el mundo de los videoclubs y a crecer, había un momento en que ya no daban abasto: se reservaban las películas el fin de semana. De las películas importantes traían dos copias, tres copias; y un videoclub se diferenciaba del otro con qué cantidad de copias tenía de los estrenos. Es más, había algún videoclub que los estrenos costaban más caro. Había algún videoclub que tenías que sacar la caja y llevar la caja vacía al mostrador para que te den la película. Había otro, que había a la vuelta de mi casa, que se les había ocurrido hacer unos cartelitos de plástico que tenían el número: eso te permitirá poder agarrar una película “picante” cuando nadie te estaba mirando y cuando ibas al mostrador simplemente dabas el numerito y nadie tenía que saber qué alquilabas. En el medio de todo eso la furia, la fiebre era tal que había que sacar agua de las piedras. Y así fue como empezaron a aparecer, en algunos videoclubs, las películas “Los rostros de la muerte”[7]. ¿Qué es “Los rostros de la muerte”? (Claro, nosotros imaginate, adolescentes en ese momento) Era una película que adelante de todo decía “prohibida en 40 países”. ¡Wow! Bueno, se trataba de una película que después, cuando uno empieza a estudiar el género, era una película snuff[8], s-n-u-f-f. Y ese género de snuff, son películas en las que se graban “asesinatos reales” con el fin de que la gente se divierta al mirarlo. No entra un registro periodístico, sino que el mito del snuff era de unos directores que agarraban gente por la calle y los mataban mientras los firmaban. Así es que la primera película que se llama “Snuff”[9] (todo tiene que ver con todo) fue filmada en Argentina. En un pueblo chiquitito, hay un matrimonio que se llaman los Findlay[10], que en 1971 graban una película de terror que se llama “Slaughter”[11], que slaugther es como… los slaughterhouses son “los mataderos”, como “matanza” debe ser slaughter. Una película de mala muerte, muy bajo presupuesto. Se la venden a un chabón que se llama Allan Shackleton[12], que dice “yo la voy a distribuir” y el chabón se la guarda, no la distribuye. No la distribuye, pasan los años, pasan cinco años, y se le prende la lamparita: dice “pará”. Graba cinco minutos más (que la leyenda dice que lo hizo un tal “Fredickso”) donde muestran “un asesinato real”. Este es el primer film con un “asesinato real”, snuff movie. Y lo más lindo de todo era el subtítulo que tenía, la bajada que era “la película que solo se puede filmar en Sudamérica, donde la vida es barata”. Hay un poquito de película en tu racismo. Bueno, ¿cuál es esa escena? Es una escena que hay un chabón, con una remera que dice “Vida es muerte” (una camiseta para los españoles), que básicamente descuartiza a una mujer, a una persona. Arranca viva y termina “plap, plap”. Bueno, ¿qué sucede? El modo de publicitar esta película es que este tipo, este Shackleton, manda unas cartas al diario diciendo que “es una vergüenza”, que “¿cómo pueden estrenar eso?” (en el New York Times[13]), que “¿a quién se le ocurre?”, que “ya no hay…”, claro todo escrito por él, haciéndose pasar por alguien del público y contrata actores para que hagan un piquete[14] en el New York Times, con pancartas y tal. Se arma tal quilombo con eso que ese es el motor con el que la película da la vuelta al mundo y lo terminan haciendo una denuncia, un juicio, que los tipos el único modo que tienen de frenarlo es llevar a la actriz que mataban en escena y mostrar que estaba vivita y coleando. Y va la actriz y da testimonio, dice: “bueno, acá estoy, esto fue una simulación”, no sé qué. Lo cual es terrible pero es bueno: es bueno porque no mataron a nadie, pero es terrible porque todo el valor de esa película (y por lo que la gente lo iba a ver) era por esto de “un asesinato real”. Hoy lo pienso y digo “¡qué loco, en un videoclub de barrio sacar esa película!”. Pero claro, esa película no había una. Después había otra que se llamaba “Traces of death”[15] y “Faces of death”[7]. O sea que esas son las que van directo al VHS[16]. Esta, Snuff, fue una película de cine, de cine. Después llega y qué se yo. Pero empieza este género donde todo el mundo buscaba películas donde hubiera ese “asesinato real”. Insisto, estamos hablando antes de la internet. Obviamente, ¿dónde prende esto? En Japón (claro, dónde iba a ser). Esto al fin de los ’80, en Japón empiezan a hacer unas grabadas medio como caseras, tembleque a propósito, a propósito, pero que claro, estaban tan bien hechas que en un momento aparece un asesino serial (Miyasaki[17] se llamaba, que “Miyasaki” es como “Pérez” en Japón) que mataba a pibes, pibas, y resulta que el tipo imitaba eso. Después, de hecho, hay mil películas tipo copycat[18] de los asesinos que imitan lo que ven en el cine, que eso pasa de verdad. Lo mismo pasa con los suicidios que hay un estudio que dice que al dar ese tipo de noticias hay que dar la menor cantidad de detalles posible, porque hay un efecto imitación y un efecto contagio. Bueno, esto de Japón se llamaba “Guinea Pig”[19]. Hacen otra, “Guinea Pig 2″[20], en el ’85, lo mismo: agarran una mujer por la calle, la meten en un lado, la drogan, la matan tipo con unas espadas, no sé qué. Otra vez la misma historia. ¿Cómo termina la película? Los denuncian, van a juicio. Claro, como… los tipos medio que querían eso, y siempre terminaba igual: aparecía la actriz de testigo y ahí demostraban que no estaba muerta.
¿Por qué hablo de todo esto? Porque en el videoclub de Banfield tenían “Faces of Death”; ese “Faces of Death” era un falso documental[21]. Hay un término en inglés que a mí me encanta que se llama “mockumentary”[22], que son películas hechas por actores, con guión y todo, que tienen la estética de un documental. Pero ésta nadie decía que era un falso documental: el mejor ejemplo de falso documental es “Spinal Tap”[23]. “Spinal Tap” es una película con actores, personajes, cosas que no existieron pero, si a vos nadie te lo dice, podés creerte que es verdad. Bueno, esta “Faces of Death” (“Las caras de la muerte”) era básicamente esto de “censurado en 40 países”. Hay una escena ahí que matan, ponele, un mono y después lo sirven para comer (falsa). Claro, yo me acuerdo, en la escuela hablaban de eso: “¿viste la película en la que matan un mono?”. “Ay, no…” y nos escondíamos del mismo modo que nos escondíamos para ver… de donde aparecían las de mujeres desnudas. Pero, claro, qué padre iba a querer que los boludos de los hijos vean una película que matan un mono y se lo morfan. Bueno, esa película tiene el 40% (que son todas las escenas de muerte) que son falsas. Y después tiene un poco de relleno de material periodístico. 450.000 dólares les costó hacer esa película. ¿Cuánto juntaron? Más de 30 millones de dólares, entre 30 y 40 millones de dólares. Sin contar el VHS, porque eso también: en Estados Unidos se estrenó en cine. En video empieza a explotar y en el noventa y pico hacen “Traces of Death”, el otro era “Faces of Death”, este es “Traces of Death”. Y acá directamente qué hacen: agarran archivo de noticiero de escenas que al aire no podían salir en la tele y las meten todas ahí, incluido un suicidio de un tipo muy famoso en Estados Unidos[24]. Claro, eso sí que es directamente la nada misma: son cachos cortados que “pum, pum”, que no tienen nada que ver nada con nada. Me acuerdo que esa también estaba… bueno después, nosotros íbamos a un videoclub que se llamaba “Mondo Macabro”[25], yo ya era más grande, que era espectacular, que era especializado en cine de terror. Pero éstas, “Faces of Death” y “Traces of Death” estaban en cualquier videoclub pedorro de barrio. En ese caso, esa de “Traces of Death” la prohíben en Inglaterra porque dicen “esto no tiene ningún valor: no tiene valor periodístico, no tiene valor educacional, no es una película”. 78 minutos. Y a partir de ahí este género toma una presencia en la cultura popular que lo vemos reflejado en otras películas que hablan de eso. O sea, es al día de hoy que la gente sigue buscando estas famosas películas. Insisto, en este caso en “Traces of Death” que mostraban un accidente, no es exactamente snuff. El mito del snuff es gente que va a rodar una película y matan a alguien pura y exclusivamente para la película, para que la gente lo vea en el cine, ese es el único fin. O sea, no es lo mismo que un asesino (que hay muchos asesinos seriales) que graban sus asesinatos: esto es otra historia. Este, el fin es pura y exclusivamente la película. Entonces, hay películas que hablan de eso: “8MM”[26], la de Nicholas Cage[27]; “Tesis”[28], la de Alejandro Amenábar[29]. Ahí se habla del tema. ¿Por qué? Porque en la cultura popular del cine, tiene una presencia fuerte. Y hay un videojuego, que se llama “Manhunt”[30] que trata de eso, que trata de que vos tenés que ir a hacer esos crímenes y un director de cine es el que te los va ordenando. Corte a (como solo la cosa empeora con el pasar del tiempo): por supuesto, ¿dónde iba a terminar la leyenda del cine snuff? Por supuesto en internet. Por supuesto en internet. En la medida en que la tecnología para grabar se hizo más popular y más barata, y la tecnología para distribuir (llámese subir el video) se hizo más popular y más barato y más sencillo, no tardó en gente en empezar a grabar cosas que, curiosamente, como las dos más populares o tres más populares tienen la misma estructura de nombres. Por ejemplo: “[autocensurado]” que es “[autocensurado]”, una cosa espantosa, no la vean. De hecho no lo voy a linkear a eso. Ni siquiera lo voy a poner el nombre en texto. O esa, el que quiere lo entenderá de acá y ya porque no quiero que en mi web esté nombrado eso. Hay otra que es “[autocensurado]”, esa es de uno que le dan de a martillazos, espantoso. Aparece un sitio que se llama LiveLeak[31], que es donde empiezan a meter un poco de fake news, inicio de los fake news, y un poco de estos videos crudos, del ejército y no se qué. Y por supuesto, ¿dónde encuentra esto la forma final? En el dark web[32] (que no te recomiendo tampoco entrar: las veces que yo entré con fines periodísticos, siempre terminás viendo algunas cosas espantosas que no querés ver y no querés además tener eso en tu computadora) y en los intercambios de archivos P2P[33]: en la época del Kazaa[34] pasaba muchas veces que vos buscabas una película y te encajaban una de estas escenas con el nombre de “Aladdin”. Bueno, todo eso es la historia del snuff de la que quería hablar hoy porque creo que con el paso del tiempo, el problema es que dejó de ser falso. Nunca me pareció algo que esté bien estéticamente. ¿Que los ví de joven a esos videos de “Faces of Death”? Sí, claro, todos los alquilamos. Me tapaba los ojos, por supuesto. Tenía a mis amigos que les gustaba verlo y yo no quería decir que no, me interesaba como de curioso, pero no quería ver las partes… después me enteré, ahora años después, que era todo mentira. Pero claro, desde el momento de que en internet hay gente que vende sus flatulencias en un frasquito y hay alguien que lo compra… bueno, pues eso existe y eso está. Creo que era más lindo cuando era todo una mentira. Hay cosas que, como pasa en la magia, es mejor no conocerlas de verdad. Es mejor quedarse con la fantasía: alcanza y sobra.
Se termina esta semana. Muchas gracias a quienes están en el grupo de Telegram[35], a quienes están en Cappuccino[36], muchas gracias a la gente (que no es mucha) que compra en el tienda de fierita.com[37]. No tenemos en este blog membresía, no tenemos donaciones: todo lo que tenemos es merchandising. Lo tenemos que revisar a ese tema sinceramente, porque hay gente que escribe seguido de “che, me gustaría”, no se qué. Bueno, ya lo veremos. Pero por lo pronto si querés una remera, unas postales, unos stickers de No Es Nada, estarías ayudándonos mucho. ¿Cómo lo encontrás? En fierita.com hay una tienda para Argentina y una tienda para el resto del mundo.
Ahora sí, la prueba de vida es que en el día de ayer el Barcelona no le pudo ganar al Galatasaray[38] y entonces seguramente Xavi en el entretiempo dijo “No Es Nada”.

Responder

Comentarios

Walter Alini dice:
18 mayo, 2022 a las 13:45
348. Snuff is enough
Llueve. “Andá llamando a EDES[1]” diría Zamba[2], una referencia que solo entienden los de Bahía Blanca. Me gusta: creo que si yo escribiera canciones haría eso. No puedo salir a la calle a grabar. Para mí la lluvia es como una kriptonita. De hecho, este fin de semana tenemos un rodaje en Andalucía y ya aclaré que si llueve no grabamos. Me dijeron “no, pero puede quedar bueno…”. Sí, puede quedar bueno pero si llueve no grabamos. Lo que vos pensás de la lluvia tiene que ver con qué tan seguido llueve. A mí nunca me gustó la lluvia pero, claro, en esta ciudad que estoy ahora llueve una vez por mes; por lo tanto el día que llueve es una tragedia total. Es un hecho extraordinario y, por supuesto, te mojás porque nunca nadie sale con paragüas.
Pero quiero hablar hoy de otra cosa, de algún tema que me obsesionó de adolescente a la luz de esa cosa tan bonita que ya se extinguió, que se llamaban los videoclubs[3]. Los videoclubs, para los jóven borregos que escuchan este programa (diría el maestro Dolina[4]) era un lugar donde vos ibas a buscar películas para ver en tu casa en video cassettes. Estamos hablando… una resolución abajo de 480p, por supuesto no era “p”[5] porque era entrelazado, era “i”[6], sería 360i, ponele. O sea, una calidad espantosa. Aún así nos parecía un milagro poder ver las películas que no habías llegado a ver en el cine, alquilarlas y te las quedabas todo el fin de semana y las podías ver todas las veces que quisieras. Nadie las veía más una vez, pero si pasaba que alquilabas una película y en mi casa, que éramos cuatro, la veía: primero yo, después mis viejos, después mi hermana (todos por separado). La clásica era: una para los grandes, una para los chicos y una para ver todos. Siempre se alquilaba de a tres. Cuestión que cuando empieza a avanzar el mundo de los videoclubs y a crecer, había un momento en que ya no daban abasto: se reservaban las películas el fin de semana. De las películas importantes traían dos copias, tres copias; y un videoclub se diferenciaba del otro con qué cantidad de copias tenía de los estrenos. Es más, había algún videoclub que los estrenos costaban más caro. Había algún videoclub que tenías que sacar la caja y llevar la caja vacía al mostrador para que te den la película. Había otro, que había a la vuelta de mi casa, que se les había ocurrido hacer unos cartelitos de plástico que tenían el número: eso te permitirá poder agarrar una película “picante” cuando nadie te estaba mirando y cuando ibas al mostrador simplemente dabas el numerito y nadie tenía que saber qué alquilabas. En el medio de todo eso la furia, la fiebre era tal que había que sacar agua de las piedras. Y así fue como empezaron a aparecer, en algunos videoclubs, las películas “Los rostros de la muerte”[7]. ¿Qué es “Los rostros de la muerte”? (Claro, nosotros imaginate, adolescentes en ese momento) Era una película que adelante de todo decía “prohibida en 40 países”. ¡Wow! Bueno, se trataba de una película que después, cuando uno empieza a estudiar el género, era una película snuff[8], s-n-u-f-f. Y ese género de snuff, son películas en las que se graban “asesinatos reales” con el fin de que la gente se divierta al mirarlo. No entra un registro periodístico, sino que el mito del snuff era de unos directores que agarraban gente por la calle y los mataban mientras los firmaban. Así es que la primera película que se llama “Snuff”[9] (todo tiene que ver con todo) fue filmada en Argentina. En un pueblo chiquitito, hay un matrimonio que se llaman los Findlay[10], que en 1971 graban una película de terror que se llama “Slaughter”[11], que slaugther es como… los slaughterhouses son “los mataderos”, como “matanza” debe ser slaughter. Una película de mala muerte, muy bajo presupuesto. Se la venden a un chabón que se llama Allan Shackleton[12], que dice “yo la voy a distribuir” y el chabón se la guarda, no la distribuye. No la distribuye, pasan los años, pasan cinco años, y se le prende la lamparita: dice “pará”. Graba cinco minutos más (que la leyenda dice que lo hizo un tal “Fredickso”) donde muestran “un asesinato real”. Este es el primer film con un “asesinato real”, snuff movie. Y lo más lindo de todo era el subtítulo que tenía, la bajada que era “la película que solo se puede filmar en Sudamérica, donde la vida es barata”. Hay un poquito de película en tu racismo. Bueno, ¿cuál es esa escena? Es una escena que hay un chabón, con una remera que dice “Vida es muerte” (una camiseta para los españoles), que básicamente descuartiza a una mujer, a una persona. Arranca viva y termina “plap, plap”. Bueno, ¿qué sucede? El modo de publicitar esta película es que este tipo, este Shackleton, manda unas cartas al diario diciendo que “es una vergüenza”, que “¿cómo pueden estrenar eso?” (en el New York Times[13]), que “¿a quién se le ocurre?”, que “ya no hay…”, claro todo escrito por él, haciéndose pasar por alguien del público y contrata actores para que hagan un piquete[14] en el New York Times, con pancartas y tal. Se arma tal quilombo con eso que ese es el motor con el que la película da la vuelta al mundo y lo terminan haciendo una denuncia, un juicio, que los tipos el único modo que tienen de frenarlo es llevar a la actriz que mataban en escena y mostrar que estaba vivita y coleando. Y va la actriz y da testimonio, dice: “bueno, acá estoy, esto fue una simulación”, no sé qué. Lo cual es terrible pero es bueno: es bueno porque no mataron a nadie, pero es terrible porque todo el valor de esa película (y por lo que la gente lo iba a ver) era por esto de “un asesinato real”. Hoy lo pienso y digo “¡qué loco, en un videoclub de barrio sacar esa película!”. Pero claro, esa película no había una. Después había otra que se llamaba “Traces of death”[15] y “Faces of death”[7]. O sea que esas son las que van directo al VHS[16]. Esta, Snuff, fue una película de cine, de cine. Después llega y qué se yo. Pero empieza este género donde todo el mundo buscaba películas donde hubiera ese “asesinato real”. Insisto, estamos hablando antes de la internet. Obviamente, ¿dónde prende esto? En Japón (claro, dónde iba a ser). Esto al fin de los ’80, en Japón empiezan a hacer unas grabadas medio como caseras, tembleque a propósito, a propósito, pero que claro, estaban tan bien hechas que en un momento aparece un asesino serial (Miyasaki[17] se llamaba, que “Miyasaki” es como “Pérez” en Japón) que mataba a pibes, pibas, y resulta que el tipo imitaba eso. Después, de hecho, hay mil películas tipo copycat[18] de los asesinos que imitan lo que ven en el cine, que eso pasa de verdad. Lo mismo pasa con los suicidios que hay un estudio que dice que al dar ese tipo de noticias hay que dar la menor cantidad de detalles posible, porque hay un efecto imitación y un efecto contagio. Bueno, esto de Japón se llamaba “Guinea Pig”[19]. Hacen otra, “Guinea Pig 2″[20], en el ’85, lo mismo: agarran una mujer por la calle, la meten en un lado, la drogan, la matan tipo con unas espadas, no sé qué. Otra vez la misma historia. ¿Cómo termina la película? Los denuncian, van a juicio. Claro, como… los tipos medio que querían eso, y siempre terminaba igual: aparecía la actriz de testigo y ahí demostraban que no estaba muerta.
¿Por qué hablo de todo esto? Porque en el videoclub de Banfield tenían “Faces of Death”; ese “Faces of Death” era un falso documental[21]. Hay un término en inglés que a mí me encanta que se llama “mockumentary”[22], que son películas hechas por actores, con guión y todo, que tienen la estética de un documental. Pero ésta nadie decía que era un falso documental: el mejor ejemplo de falso documental es “Spinal Tap”[23]. “Spinal Tap” es una película con actores, personajes, cosas que no existieron pero, si a vos nadie te lo dice, podés creerte que es verdad. Bueno, esta “Faces of Death” (“Las caras de la muerte”) era básicamente esto de “censurado en 40 países”. Hay una escena ahí que matan, ponele, un mono y después lo sirven para comer (falsa). Claro, yo me acuerdo, en la escuela hablaban de eso: “¿viste la película en la que matan un mono?”. “Ay, no…” y nos escondíamos del mismo modo que nos escondíamos para ver… de donde aparecían las de mujeres desnudas. Pero, claro, qué padre iba a querer que los boludos de los hijos vean una película que matan un mono y se lo morfan. Bueno, esa película tiene el 40% (que son todas las escenas de muerte) que son falsas. Y después tiene un poco de relleno de material periodístico. 450.000 dólares les costó hacer esa película. ¿Cuánto juntaron? Más de 30 millones de dólares, entre 30 y 40 millones de dólares. Sin contar el VHS, porque eso también: en Estados Unidos se estrenó en cine. En video empieza a explotar y en el noventa y pico hacen “Traces of Death”, el otro era “Faces of Death”, este es “Traces of Death”. Y acá directamente qué hacen: agarran archivo de noticiero de escenas que al aire no podían salir en la tele y las meten todas ahí, incluido un suicidio de un tipo muy famoso en Estados Unidos[24]. Claro, eso sí que es directamente la nada misma: son cachos cortados que “pum, pum”, que no tienen nada que ver nada con nada. Me acuerdo que esa también estaba… bueno después, nosotros íbamos a un videoclub que se llamaba “Mondo Macabro”[25], yo ya era más grande, que era espectacular, que era especializado en cine de terror. Pero éstas, “Faces of Death” y “Traces of Death” estaban en cualquier videoclub pedorro de barrio. En ese caso, esa de “Traces of Death” la prohíben en Inglaterra porque dicen “esto no tiene ningún valor: no tiene valor periodístico, no tiene valor educacional, no es una película”. 78 minutos. Y a partir de ahí este género toma una presencia en la cultura popular que lo vemos reflejado en otras películas que hablan de eso. O sea, es al día de hoy que la gente sigue buscando estas famosas películas. Insisto, en este caso en “Traces of Death” que mostraban un accidente, no es exactamente snuff. El mito del snuff es gente que va a rodar una película y matan a alguien pura y exclusivamente para la película, para que la gente lo vea en el cine, ese es el único fin. O sea, no es lo mismo que un asesino (que hay muchos asesinos seriales) que graban sus asesinatos: esto es otra historia. Este, el fin es pura y exclusivamente la película. Entonces, hay películas que hablan de eso: “8MM”[26], la de Nicholas Cage[27]; “Tesis”[28], la de Alejandro Amenábar[29]. Ahí se habla del tema. ¿Por qué? Porque en la cultura popular del cine, tiene una presencia fuerte. Y hay un videojuego, que se llama “Manhunt”[30] que trata de eso, que trata de que vos tenés que ir a hacer esos crímenes y un director de cine es el que te los va ordenando. Corte a (como solo la cosa empeora con el pasar del tiempo): por supuesto, ¿dónde iba a terminar la leyenda del cine snuff? Por supuesto en internet. Por supuesto en internet. En la medida en que la tecnología para grabar se hizo más popular y más barata, y la tecnología para distribuir (llámese subir el video) se hizo más popular y más barato y más sencillo, no tardó en gente en empezar a grabar cosas que, curiosamente, como las dos más populares o tres más populares tienen la misma estructura de nombres. Por ejemplo: “[autocensurado]” que es “[autocensurado]”, una cosa espantosa, no la vean. De hecho no lo voy a linkear a eso. Ni siquiera lo voy a poner el nombre en texto. O esa, el que quiere lo entenderá de acá y ya porque no quiero que en mi web esté nombrado eso. Hay otra que es “[autocensurado]”, esa es de uno que le dan de a martillazos, espantoso. Aparece un sitio que se llama LiveLeak[31], que es donde empiezan a meter un poco de fake news, inicio de los fake news, y un poco de estos videos crudos, del ejército y no se qué. Y por supuesto, ¿dónde encuentra esto la forma final? En el dark web[32] (que no te recomiendo tampoco entrar: las veces que yo entré con fines periodísticos, siempre terminás viendo algunas cosas espantosas que no querés ver y no querés además tener eso en tu computadora) y en los intercambios de archivos P2P[33]: en la época del Kazaa[34] pasaba muchas veces que vos buscabas una película y te encajaban una de estas escenas con el nombre de “Aladdin”. Bueno, todo eso es la historia del snuff de la que quería hablar hoy porque creo que con el paso del tiempo, el problema es que dejó de ser falso. Nunca me pareció algo que esté bien estéticamente. ¿Que los ví de joven a esos videos de “Faces of Death”? Sí, claro, todos los alquilamos. Me tapaba los ojos, por supuesto. Tenía a mis amigos que les gustaba verlo y yo no quería decir que no, me interesaba como de curioso, pero no quería ver las partes… después me enteré, ahora años después, que era todo mentira. Pero claro, desde el momento de que en internet hay gente que vende sus flatulencias en un frasquito y hay alguien que lo compra… bueno, pues eso existe y eso está. Creo que era más lindo cuando era todo una mentira. Hay cosas que, como pasa en la magia, es mejor no conocerlas de verdad. Es mejor quedarse con la fantasía: alcanza y sobra.
Se termina esta semana. Muchas gracias a quienes están en el grupo de Telegram[35], a quienes están en Cappuccino[36], muchas gracias a la gente (que no es mucha) que compra en el tienda de fierita.com[37]. No tenemos en este blog membresía, no tenemos donaciones: todo lo que tenemos es merchandising. Lo tenemos que revisar a ese tema sinceramente, porque hay gente que escribe seguido de “che, me gustaría”, no se qué. Bueno, ya lo veremos. Pero por lo pronto si querés una remera, unas postales, unos stickers de No Es Nada, estarías ayudándonos mucho. ¿Cómo lo encontrás? En fierita.com hay una tienda para Argentina y una tienda para el resto del mundo.
Ahora sí, la prueba de vida es que en el día de ayer el Barcelona no le pudo ganar al Galatasaray[38] y entonces seguramente Xavi en el entretiempo dijo “No Es Nada”.
[1] https://www.infoedes.com/
[2] https://zambayonny.com.ar/
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Videoclub
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Dolina
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Escaneo_progresivo
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Exploraci%C3%B3n_entrelazada
[7] https://www.imdb.com/title/tt0077533/
[8] https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADdeo_snuff
[9] https://www.imdb.com/title/tt0072184/
[10] https://www.imdb.com/name/nm0272104/
[11] https://www.imdb.com/title/tt0991282/
[12] https://www.imdb.com/name/nm0787122/
[13] https://www.nytimes.com/
[14] https://es.wikipedia.org/wiki/Piquete
[15] https://www.imdb.com/title/tt0108373/
[16] https://es.wikipedia.org/wiki/VHS
[17] https://es.wikipedia.org/wiki/Tsutomu_Miyazaki
[18] https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_copycat
[19] https://www.imdb.com/title/tt0161634/
[20] https://www.imdb.com/title/tt0161635/
[21] https://es.wikipedia.org/wiki/Falso_documental
[22] https://en.wikipedia.org/wiki/Mockumentary
[23] https://www.imdb.com/title/tt0088258/
[24] https://es.wikipedia.org/wiki/Budd_Dwyer
[25] https://www.pagina12.com.ar/390777-mondo-macabro-una-vision-adolescente-y-distorsionada-de-la-r
[26] https://www.imdb.com/title/tt0134273/
[27] https://www.imdb.com/name/nm0000115/
[28] https://www.imdb.com/title/tt0117883/
[29] https://www.imdb.com/name/nm0024622/
[30] https://es.wikipedia.org/wiki/Manhunt
[31] https://es.wikipedia.org/wiki/LiveLeak
[32] https://es.wikipedia.org/wiki/Dark_web
[33] https://es.wikipedia.org/wiki/Peer-to-peer
[34] https://es.wikipedia.org/wiki/Kazaa
[35] https://t.me/noesnadapodcast
[36] https://capp.fm/
[37] https://fierita.com/tienda-online/
[38] https://www.espn.com.ar/video/clip/_/id/10049436
Responder

Responder a Walter Alini Cancelar la respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cookie	Duración	Descripción
cookielawinfo-checkbox-analytics	11 months	This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics".
cookielawinfo-checkbox-functional	11 months	The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional".
cookielawinfo-checkbox-necessary	11 months	This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary".
cookielawinfo-checkbox-others	11 months	This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other.
cookielawinfo-checkbox-performance	11 months	This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance".
viewed_cookie_policy	11 months	The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data.

Entradas relacionadas

Comentarios

Responder a Walter Alini Cancelar la respuesta