337. Cultura profética

Entonces vale esto como una especie de manual de instrucciones, porque yo recibo por lo menos dos o tres por semana. Alguna vez pensé que eran equivocados, y después dije “no, evidentemente es un tema estadístico”. Debe ser que cuando recibís más de tantos mensajes o correos por mes, este porcentaje va a ser siempre así. No estoy hablando de los que me ilusionaron tantas veces con “queremos poner publicidad en su web” y vos decís “siempre son unos nombres raros: Danitra Perecky, Tabitha Stevens”. Alguna vez me lo creí, contesté, y va escalando: siempre te ofrecen el doble o el triple de lo que valdría en mercado una publicación de publicidad. Y llega el momento que te dicen “bueno, necesito que usted se ponga de administrador de tal página para que…”, y ahí ya está: todo lo que quieren es afanarte tu página, en el caso de Facebook.
Pero no estoy hablando de esos correos. Es más, hablando de esos correos, hay toda una escena en internet que se llama “scam bait”[1] (“bait” es como “carnada”, “scam” es como “estafa”) de gente que se dedica a joder a los estafadores. Hay un canal de YouTube muy bueno que se llama IRLrosie[2]. “Rosie IRL” es una chica, muy linda por otra parte, locutora (se ve que tengo un fetiche) que habla por teléfono y lo graba con distintos estafadores y hace distintos personajes: hace una vieja (una vieja que no entiende nada que es espectacular), hace… bueno, distintos acentos, acentos muy distintos: hace un acento extranjero, sale hablando como español, como italiano cuando nos cambiamos de ropa. Realmente es excelente lo que ella hace. Bueno, es uno de los ejemplos de scam baiting. Hay otro de esto… no iba a hablar de esto ¿eh?, iba a hablar de otra cosa, pero así funciona mi mente.
Hace muchos años, muchos años, con mi compadre Fede (que inventó todo) veíamos una web que se llamaba Ebola Monkey[3], que son chabones que se dedican a pedirle fotos a los estafadores en situaciones ridículas. Entonces fotos con, ponele, un cartel que dice “Rosa Melano” y todo ese tipo de cosas (y en esa web se dedicaban a compilar todas esas fotos), o los hacían disfrazarse a los tipos. Yo ahí tengo un sentimiento contradictorio porque por un lado son estafadores, entonces me parece que está bien joderlos; por otro lado siento que nadie es (o por lo menos esos estafadores), nadie es estafador por voluntad propia. Pero por ahí es un exceso de progre mi pensamiento. O sea, al fin del día son estafadores y no tienen escrúpulos en joderte; después podemos hablar filosóficamente si tuvieron la oportunidad de hacer otra cosa que no sea estafar bla bla bla. Pero de los mails y los mensajes que quería hablar hoy no era de esos.
Es un mensaje que te trastorna, que te deja pensando. Y yo los llamo los “mensajes proféticos”. Es un mensaje que tardás en borrar. Las condiciones son algunas que tienen que cumplirse sí o sí:
#1) no conocés a la persona que te escribe;
#2) su cuenta es privada, ese es la punta del iceberg (en España dicen “es la punta del iceberg”, en el noticiero dicen “iceberg”). Y ahí empieza todo el quilombo. Para mí (yo ya esto lo dije muchas veces, pero el público se renueva[4]) cuando a vos alguien te manda un mensaje (vos tenés cuenta pública), alguien te manda un mensaje de una cuenta privada, ese mensaje privado tiene que abrir aunque sea temporalmente por un día el feed de la otra persona, porque es injusto sino: vos no sabés quién es. Bueno, entonces, una persona que no conocés; #2) perfil privado;
#3) foto de avatar de lejos. Eso colabora a que vos no sabés… un amigo mío, capo también de estas artes, me contó que hace una que es (como no se pueden agrandar los avatares en Instagram) cuando recibe un mensaje así, mete captura y agranda con zoom manual para ver el avatar: el ingenio humano, cuando tiene que ver con el rapo no conoce de límites. Bueno, entonces ya dijimos esas tres cosas;
#4) el nombre siempre tiene un nombre y un apodo: nunca se llama “Eric López”; no, siempre es “Eric ‘La Joya’ López”, entonces en un lado dice “La Joya”, en otro lado dice “Eric”; eso también colabora con la confusión. Y el mensaje se ordena así:
Se apela a un suceso pasado: “no sé si te acordás de mí”, “hace mucho que no nos vemos”. Ahí va un suceso random: a veces, en el caso mío, involucra cosas que hice (que probablemente vio en algún medio que hice o con mi trabajo, o en un viaje), muchas veces arranca con “no sé si te acordás de mí, una vez en Europa te cruzamos, no sé qué”… siempre hay un plural, que también confunde. Esa es como la introducción: eso te hace un sentimiento como de confianza. “Ah, pero esta persona…”. Y te hace sentir culpable: a mí me pasa (y cualquier persona que tenga unas cuentas de redes grandes o que haya trabajado en tele o en radio, lo que sea) siempre (y a medida que soy viejo más) me pasa que tengo la duda de si es una persona que yo conozco o no. O sea, es constante el problema: al principio de todo te pasa en la calle, que alguien te saluda y vos decís “¿me saluda porque nos conocemos o me saluda por la tele?”. Y si te saluda porque nos conocemos y vos lo tratás como que te saluda por la tele, es realmente una falta de respeto total; pero por el contrario, si te saluda por la tele y vos creés que es una persona que conocés e intentás entablar esa búsqueda, ese phishing (que a mí me encanta hacerlo), que es intentar de saber de dónde te conozco sin decirte “che, ¿de dónde te conozco?”, porque eso queda horrible. Entonces hay que hacer toda esa vuelta sin que se note y casi nunca tiene frutos: o sea, casi siempre el primer instinto (que era “él me conoce y yo no lo conozco”) es cierto. Pero, claro, vos no querés quedar mal en aquella en que no. Entonces acá pasa lo mismo: esos ingredientes sueltos que te tiran, a diferencia de la conversación cara a cara, que vos tenés un elemento más, que es… yo siempre tiro una que es muy buena para esa ocasión, le digo “claro, es que hace un montón que no nos cruzamos”. Si es una persona que no nos vivimos nunca, también pasa eso. Digo, “claro, es que no te había reconocido que hace tanto…” y ahí queda (“hace tanto…” y pongo puntitos suspensivos y nadie sabe qué es lo que “hace tanto”). Es todo un arte eso, ¿eh?. Es todo un arte. Y por último, estos “mails proféticos”, estos contactos / solicitudes proféticas de las que hablo, no cierran con un pedido concreto: y eso es lo que también te explota la cabeza. “Así que bueno, quería ver cómo andabas y te mando un abrazo grande y te pido disculpas por…” (también un hecho random), “…pido disculpas por no haberte saludado para tu cumpleaños”. Y te deja pensando, y tardás hasta que decís “che, pero a ver si todavía estoy quedando mal”, “a ver si este es un compañero de la escuela y no lo reconocí”, “a ver si…”. Bueno, de ese tipo de mails yo recibo por lo menos dos o tres por semana y, por supuesto, como soy una persona curiosa, me alteran (y a la vez me gustan) mucho más que un mail de felicitación o un mail de puteada. Porque tiene como todo un desafío de… hay una intriga de por medio: ¿qué está pasando acá?, ¿qué quiere esta persona?, ¿quién es esta persona?, ¿nos conocemos?, ¿para qué me escribe?, ¿a dónde va con esto?, si le contesto ¿qué me va a contestar?
La prueba de vida del día de hoy es que efectivamente… ¿se acuerdan toda la historia que les conté, de la presidenta de la comunidad que aceptó que había un hermano suyo que había cobrado no sé qué bla bla bla[5]? Bueno, ¿…y el otro que era el que la había denunciado? Hay uno de los dos que tuvo que dar el paso al costado[6]. ¿Quién fue? El que denunció, por supuesto. Nos encontramos mañana, ahora sí, cuando les diga “No Es Nada”.

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Scam_baiting
[2] https://www.youtube.com/channel/UC_0osV_nf2b0sIbm4Wiw4RQ
[3] https://money.cnn.com/2010/03/26/technology/e-mail_scam_scambait/
[4] https://www.clarin.com/espectaculos/tv/mirtha-legrand-cumple-93-repaso-frases-recordadas_0_ObSZ9xKA.html
[5] https://as.com/diarioas/2022/02/16/actualidad/1645048906_531844.html
[6] https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/02/23/renuncia-de-casado-es-inminente-luego-de-abandonar-el-congreso/

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Comentarios

Walter Alini dice:
28 junio, 2022 a las 11:33
337. Cultura profética
Entonces vale esto como una especie de manual de instrucciones, porque yo recibo por lo menos dos o tres por semana. Alguna vez pensé que eran equivocados, y después dije “no, evidentemente es un tema estadístico”. Debe ser que cuando recibís más de tantos mensajes o correos por mes, este porcentaje va a ser siempre así. No estoy hablando de los que me ilusionaron tantas veces con “queremos poner publicidad en su web” y vos decís “siempre son unos nombres raros: Danitra Perecky, Tabitha Stevens”. Alguna vez me lo creí, contesté, y va escalando: siempre te ofrecen el doble o el triple de lo que valdría en mercado una publicación de publicidad. Y llega el momento que te dicen “bueno, necesito que usted se ponga de administrador de tal página para que…”, y ahí ya está: todo lo que quieren es afanarte tu página, en el caso de Facebook.
Pero no estoy hablando de esos correos. Es más, hablando de esos correos, hay toda una escena en internet que se llama “scam bait”[1] (“bait” es como “carnada”, “scam” es como “estafa”) de gente que se dedica a joder a los estafadores. Hay un canal de YouTube muy bueno que se llama IRLrosie[2]. “Rosie IRL” es una chica, muy linda por otra parte, locutora (se ve que tengo un fetiche) que habla por teléfono y lo graba con distintos estafadores y hace distintos personajes: hace una vieja (una vieja que no entiende nada que es espectacular), hace… bueno, distintos acentos, acentos muy distintos: hace un acento extranjero, sale hablando como español, como italiano cuando nos cambiamos de ropa. Realmente es excelente lo que ella hace. Bueno, es uno de los ejemplos de scam baiting. Hay otro de esto… no iba a hablar de esto ¿eh?, iba a hablar de otra cosa, pero así funciona mi mente.
Hace muchos años, muchos años, con mi compadre Fede (que inventó todo) veíamos una web que se llamaba Ebola Monkey[3], que son chabones que se dedican a pedirle fotos a los estafadores en situaciones ridículas. Entonces fotos con, ponele, un cartel que dice “Rosa Melano” y todo ese tipo de cosas (y en esa web se dedicaban a compilar todas esas fotos), o los hacían disfrazarse a los tipos. Yo ahí tengo un sentimiento contradictorio porque por un lado son estafadores, entonces me parece que está bien joderlos; por otro lado siento que nadie es (o por lo menos esos estafadores), nadie es estafador por voluntad propia. Pero por ahí es un exceso de progre mi pensamiento. O sea, al fin del día son estafadores y no tienen escrúpulos en joderte; después podemos hablar filosóficamente si tuvieron la oportunidad de hacer otra cosa que no sea estafar bla bla bla. Pero de los mails y los mensajes que quería hablar hoy no era de esos.
Es un mensaje que te trastorna, que te deja pensando. Y yo los llamo los “mensajes proféticos”. Es un mensaje que tardás en borrar. Las condiciones son algunas que tienen que cumplirse sí o sí:
#1) no conocés a la persona que te escribe;
#2) su cuenta es privada, ese es la punta del iceberg (en España dicen “es la punta del iceberg”, en el noticiero dicen “iceberg”). Y ahí empieza todo el quilombo. Para mí (yo ya esto lo dije muchas veces, pero el público se renueva[4]) cuando a vos alguien te manda un mensaje (vos tenés cuenta pública), alguien te manda un mensaje de una cuenta privada, ese mensaje privado tiene que abrir aunque sea temporalmente por un día el feed de la otra persona, porque es injusto sino: vos no sabés quién es. Bueno, entonces, una persona que no conocés; #2) perfil privado;
#3) foto de avatar de lejos. Eso colabora a que vos no sabés… un amigo mío, capo también de estas artes, me contó que hace una que es (como no se pueden agrandar los avatares en Instagram) cuando recibe un mensaje así, mete captura y agranda con zoom manual para ver el avatar: el ingenio humano, cuando tiene que ver con el rapo no conoce de límites. Bueno, entonces ya dijimos esas tres cosas;
#4) el nombre siempre tiene un nombre y un apodo: nunca se llama “Eric López”; no, siempre es “Eric ‘La Joya’ López”, entonces en un lado dice “La Joya”, en otro lado dice “Eric”; eso también colabora con la confusión. Y el mensaje se ordena así:
Se apela a un suceso pasado: “no sé si te acordás de mí”, “hace mucho que no nos vemos”. Ahí va un suceso random: a veces, en el caso mío, involucra cosas que hice (que probablemente vio en algún medio que hice o con mi trabajo, o en un viaje), muchas veces arranca con “no sé si te acordás de mí, una vez en Europa te cruzamos, no sé qué”… siempre hay un plural, que también confunde. Esa es como la introducción: eso te hace un sentimiento como de confianza. “Ah, pero esta persona…”. Y te hace sentir culpable: a mí me pasa (y cualquier persona que tenga unas cuentas de redes grandes o que haya trabajado en tele o en radio, lo que sea) siempre (y a medida que soy viejo más) me pasa que tengo la duda de si es una persona que yo conozco o no. O sea, es constante el problema: al principio de todo te pasa en la calle, que alguien te saluda y vos decís “¿me saluda porque nos conocemos o me saluda por la tele?”. Y si te saluda porque nos conocemos y vos lo tratás como que te saluda por la tele, es realmente una falta de respeto total; pero por el contrario, si te saluda por la tele y vos creés que es una persona que conocés e intentás entablar esa búsqueda, ese phishing (que a mí me encanta hacerlo), que es intentar de saber de dónde te conozco sin decirte “che, ¿de dónde te conozco?”, porque eso queda horrible. Entonces hay que hacer toda esa vuelta sin que se note y casi nunca tiene frutos: o sea, casi siempre el primer instinto (que era “él me conoce y yo no lo conozco”) es cierto. Pero, claro, vos no querés quedar mal en aquella en que no. Entonces acá pasa lo mismo: esos ingredientes sueltos que te tiran, a diferencia de la conversación cara a cara, que vos tenés un elemento más, que es… yo siempre tiro una que es muy buena para esa ocasión, le digo “claro, es que hace un montón que no nos cruzamos”. Si es una persona que no nos vivimos nunca, también pasa eso. Digo, “claro, es que no te había reconocido que hace tanto…” y ahí queda (“hace tanto…” y pongo puntitos suspensivos y nadie sabe qué es lo que “hace tanto”). Es todo un arte eso, ¿eh?. Es todo un arte. Y por último, estos “mails proféticos”, estos contactos / solicitudes proféticas de las que hablo, no cierran con un pedido concreto: y eso es lo que también te explota la cabeza. “Así que bueno, quería ver cómo andabas y te mando un abrazo grande y te pido disculpas por…” (también un hecho random), “…pido disculpas por no haberte saludado para tu cumpleaños”. Y te deja pensando, y tardás hasta que decís “che, pero a ver si todavía estoy quedando mal”, “a ver si este es un compañero de la escuela y no lo reconocí”, “a ver si…”. Bueno, de ese tipo de mails yo recibo por lo menos dos o tres por semana y, por supuesto, como soy una persona curiosa, me alteran (y a la vez me gustan) mucho más que un mail de felicitación o un mail de puteada. Porque tiene como todo un desafío de… hay una intriga de por medio: ¿qué está pasando acá?, ¿qué quiere esta persona?, ¿quién es esta persona?, ¿nos conocemos?, ¿para qué me escribe?, ¿a dónde va con esto?, si le contesto ¿qué me va a contestar?
La prueba de vida del día de hoy es que efectivamente… ¿se acuerdan toda la historia que les conté, de la presidenta de la comunidad que aceptó que había un hermano suyo que había cobrado no sé qué bla bla bla[5]? Bueno, ¿…y el otro que era el que la había denunciado? Hay uno de los dos que tuvo que dar el paso al costado[6]. ¿Quién fue? El que denunció, por supuesto. Nos encontramos mañana, ahora sí, cuando les diga “No Es Nada”.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Scam_baiting
[2] https://www.youtube.com/channel/UC_0osV_nf2b0sIbm4Wiw4RQ
[3] https://money.cnn.com/2010/03/26/technology/e-mail_scam_scambait/
[4] https://www.clarin.com/espectaculos/tv/mirtha-legrand-cumple-93-repaso-frases-recordadas_0_ObSZ9xKA.html
[5] https://as.com/diarioas/2022/02/16/actualidad/1645048906_531844.html
[6] https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/02/23/renuncia-de-casado-es-inminente-luego-de-abandonar-el-congreso/
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