Dar vuelta el partido me gusta más que ganar por goleada. Por la épica, por nuestra historia. Por salir de pobre. El problema es que para dar vuelta el partido hay que aceptar ir perdiendo. Y tomar ese riesgo. Hoy en #NoEsNada hacemos una parábola de la que estaría orgulloso el Simba.
Y a la pasada citamos al maestro Canario Luna.
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